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¡¡Qué difícil relajarse!!

En las clases de yoga muchas personas sienten que, durante los cinco minutos que dura la relajación, les va a ser imposible relajarse profundamente. Es más, en ocasiones la mente nos juega malas pasadas y en su ansia de estar siempre produciendo, nos lleva por un camino de agobio e intolerancia ante el hecho de tener que permanecer inmóvil ese tiempo.

Lo cierto es que necesitamos relajarnos. Si recordamos uno de los propósitos por el que nos apuntamos a yoga era ese, el de tener una actitud más tranquila ante los desafíos, ser más tolerantes y estar más fuertes físicamente y mentalmente para afrontar los envistes del tiempo, del medio ambiente y de la sociedad. Ahora nos dan la oportunidad de lograr esa ansiada ecuanimidad ¿y qué hacemos? dedicamos ese tiempo a pensar en la compra del super, a recordar los problemas en el trabajo, a planificar nuestras vacaciones. El presente se nos escurre, se nos va sin vivirlo. Nos decimos “quiero vivir el presente” y también “El futuro es incierto y me genera ansiedad” y “El pasado ya pasó, yo no soy la misma persona y he aprendido de lo sucedido, pero ya no puedo volver atrás”. Para vivir en el presente hay que hacer un gran ejercicio de soltar la seguridad. Porque el presente asusta, ¡es tan efímero y rápido! que no alcanzamos a decir -presente- cuando ya se nos ha pasado. Esto nos genera mucho temor, queremos seguridad, pero a la vez, en nuestro interior, hay una parte que necesita libertad, a la que le agobia el verse atrapada en sí misma. Esa parte es nuestra parte espiritual, que no tiene forma ni lugar.

A lo largo de nuestra vida hemos hecho tanto por construir nuestra mascara “ego”, que nos hemos olvidado que la llevamos puesta. Y ahora se nos dice – Quítatela! al menos por cinco minutos, olvida tu pasado, no existe el futuro, siente plenamente este momento, siente tu propio cuerpo, habítalo.

Ahí es cuando los mecanismo de supervivencia de la mente se disparan. Y comienza, nuestro enemigo interno a jugarnos un pulso velándonos la realidad y metiéndonos en la burbuja egocentrista.

Si superas esa tendencia natural de tu mente, y logras por momentos habitar el presente y dejar que se revele la falta ilusión de ser quien crees ser, y eres quien eres de verdad, descubrirás la vida eterna, la parte de ti que no cambia con el tiempo. Pero como dicen, esto es un misterio a ser vivido y no explicado, porque las palabras, otra vez, pueden fortalecer tu ego.

Te dejo este video con esta reflexión.

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